¿Qué es un Laberinto?
Un laberinto (del latín labyrinthus, y este del griego λαβύρινθος labýrinzos) es un lugar formado por calles y encrucijadas, intencionadamente complejo para confundir a quien se adentre en él.
Clasificación o tipos de laberintos:
Los laberintos de forma cuadrada o rectangular son los más antiguos que existen; la primera representación conocida de un laberinto de éste tipo, se encuentra en una tablilla de Pilo y también la encontramos, como sello, en las tumbas del antiguo Egipto. Los laberintos de forma redonda o circular, aparecieron a fines del siglo VII A.C. en la Italia etrusca; más tarde, los encontramos en las monedas de Cnosos, a finales del siglo III y se cree que eran usadas como mapa del célebre Laberinto de Creta
Los laberintos se clasifican básicamente en dos grandes grupos "según la relación que existe con el centro y la salida del mismo". El primer grupo de estos laberintos es el laberinto clásico o laberinto univiario: El cual nos hace recorrer, al ingresar en él, todo el espacio para llegar al centro mediante una única vía, camino o sendero, es decir, no nos ofrece la posibilidad de tomar caminos alternativos, no hay bifurcaciones, donde hay una sola puerta de salida, que es la misma por la que se entra al laberinto. Por el hecho de tener un solo camino o sendero el cual seguir a medida que avanzamos dentro de él, no nos podemos perder en su interior.
El segundo grupo de laberintos son los laberintos de mazes (perdederos, laberinto de caminos alternativos) en donde al recorrer el interior del laberinto, seguiremos un camino correcto o uno incorrecto que nos llevará o no a la salida del mismo. Los mazes se comenzaron a utilizar en los jardines de setos en la Inglaterra del siglo XII, ya que eran el lugar propicio para una cita amorosa; luego de allí se extendieron progresivamente por toda Europa, especialmente en Francia e Italia. Se destacan en este sentido, los jardines laberínticos de Andre le Notre en Versalles y el de Caboni en la Villa Pisani en Italia
Significados culturales
El significado cultural y la interpretación del laberinto como símbolo es muy rico. En la prehistoria los laberintos dibujados en el piso servían quizá como trampas para los espíritus malevolentes o más probablemente como rutas definidas (coreografías) para danzas rituales. En varias culturas el laberinto también es asociado a ritos de iniciación que implican la superación de alguna prueba.
Durante la época medieval el laberinto teocéntrico que simbolizaba el duro camino hasta Dios con una sola entrada (el nacimiento) y un centro claramente definido (Dios).
En el Renacimiento los laberintos pierden el centro: la persona en el laberinto es el centro, un reflejo de las enseñanzas humanistas antropocéntricas.
Por último, hoy los laberintos se mueven a diferentes estratos de la realidad: internet, con sus característicos hipertextos, es un buen ejemplo. También tienen un lugar importante en los juegos de computadora, como en la serie de Tomb Raider.
Clasificación o tipos de laberintos:
Los laberintos de forma cuadrada o rectangular son los más antiguos que existen; la primera representación conocida de un laberinto de éste tipo, se encuentra en una tablilla de Pilo y también la encontramos, como sello, en las tumbas del antiguo Egipto. Los laberintos de forma redonda o circular, aparecieron a fines del siglo VII A.C. en la Italia etrusca; más tarde, los encontramos en las monedas de Cnosos, a finales del siglo III y se cree que eran usadas como mapa del célebre Laberinto de Creta
Los laberintos se clasifican básicamente en dos grandes grupos "según la relación que existe con el centro y la salida del mismo". El primer grupo de estos laberintos es el laberinto clásico o laberinto univiario: El cual nos hace recorrer, al ingresar en él, todo el espacio para llegar al centro mediante una única vía, camino o sendero, es decir, no nos ofrece la posibilidad de tomar caminos alternativos, no hay bifurcaciones, donde hay una sola puerta de salida, que es la misma por la que se entra al laberinto. Por el hecho de tener un solo camino o sendero el cual seguir a medida que avanzamos dentro de él, no nos podemos perder en su interior.
El segundo grupo de laberintos son los laberintos de mazes (perdederos, laberinto de caminos alternativos) en donde al recorrer el interior del laberinto, seguiremos un camino correcto o uno incorrecto que nos llevará o no a la salida del mismo. Los mazes se comenzaron a utilizar en los jardines de setos en la Inglaterra del siglo XII, ya que eran el lugar propicio para una cita amorosa; luego de allí se extendieron progresivamente por toda Europa, especialmente en Francia e Italia. Se destacan en este sentido, los jardines laberínticos de Andre le Notre en Versalles y el de Caboni en la Villa Pisani en Italia
Significados culturales
El significado cultural y la interpretación del laberinto como símbolo es muy rico. En la prehistoria los laberintos dibujados en el piso servían quizá como trampas para los espíritus malevolentes o más probablemente como rutas definidas (coreografías) para danzas rituales. En varias culturas el laberinto también es asociado a ritos de iniciación que implican la superación de alguna prueba.
Durante la época medieval el laberinto teocéntrico que simbolizaba el duro camino hasta Dios con una sola entrada (el nacimiento) y un centro claramente definido (Dios).
En el Renacimiento los laberintos pierden el centro: la persona en el laberinto es el centro, un reflejo de las enseñanzas humanistas antropocéntricas.
Por último, hoy los laberintos se mueven a diferentes estratos de la realidad: internet, con sus característicos hipertextos, es un buen ejemplo. También tienen un lugar importante en los juegos de computadora, como en la serie de Tomb Raider.
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